El postre es el cierre, el final, la coronación de toda comida por sencilla que ésta sea. mió antes.
Su perfección va más allá de su preparación: implica terminar en equilibrio y en perfecta combinación con los platos que componen la comida.
Quien planee una comida debe tener en cuenta que el postre es el broche fundamental y que mal elegido puede arruinar el más lujoso banquete.
Sugerencias:
– Un postre suculento como final de una abundante y contundente comida puede provocar hasta el rechazo por parte de los comensales, pese a lo delicioso que luzca.
– Una comida liviana por el contrario, puede ser terminada con un postre importante y será satisfactoriamente completa.
– No hay que repetir cremas o salsas si hay en la comida salsa blanca o bechamel. gratins, souffles, por ejemplo..
– No servir tortas de postre si se sirven pastas..
– No servir postres de frutas si se sirve “Pato a la naranja” o “Carré al ananá”..
– Si la entrada es una ensalada múltiple evitar el servir macedonia de postre.
– Para una entrada liviana y un plato principal de ave puede resultar perfecto el servir un pastel de limón o alguna tarta de frutas.
– Para una entrada fresca y un plato principal basado en carne roja puede resultar ideal el servir mousse de chocolate con nueces o un helado almendrado con salsa de chocolate.
– Para una entrada liviana y un plato principal a base de pasta servir un postre fresco como por ejemplo, una macedonia de frutas, manzanas asadas, etc.
– Las cremas, flanes. mousses y helados, son postres “comodín” y por lo tanto serán bien recibidos tanto para el almuerzo como para la cena.