Contáctanos

Cultura gastronómica

Libro: Japón – Gastronomía vegetariana

Publicado

en

Foto: Portada del libro Japón Gastronomía Vegetariana

La importancia de los vegetales en la cocina japonesa

La escritora especializada en gastronomía Nancy Singleton Hachisu acaba de publicar con la editorial Phaidon el libro: Japón Gastronomía Vegetariana. Donde nos explica la importancia de los vegetales en la cocina japonesa y nos presenta 250 recetas de auténticos platos de la cultura nipona.

La inspiración de la autora

Nancy busca la paz y la tranquilidad en un mundo agitado, encontrándola en momentos simples. Criada en una bulliciosa familia californiana, descubrió consuelo en la cocina mientras observaba a su madre cocinar.

Su pasión por la gastronomía japonesa la llevó a explorar Japón en busca de paz y equilibrio. Aunque experimentó la cocina budista y la meditación zen, fue más tarde en la gastronomía donde encontró su verdadero equilibrio. La comida se convirtió en una parte central de su vida y en una forma de ver el mundo. Al casarse con un granjero japonés, pudo fusionar su influencia japonesa con su pasado estadounidense. Si bien no es vegetariana ni vegana, su dieta se basa principalmente en vegetales, complementada con pescado y carne.

Foto: Pepino con Ume y Shiso

Una cocina que conecta con la naturaleza, la belleza y la sencillez

La autora destaca en el libro Japón Gastronomía Vegetariana publicado por Phaidon la importancia de la “atención plena” en la cocina japonesa vegetariana. En el volumen se enfatiza en la idea de realzar la belleza y la sencillez de los ingredientes principales, evitando que sean anulados por condimentos u otros sabores. En el libro se plantea la dificultad que los occidentales pueden tener para comprender la moderación en esta cocina.

Nancy nos explica su experiencia en la cocina japonesa y la importancia de preservar las tradiciones culinarias auténticas. Resalta que la cocina japonesa vegetariana es ligera, sabrosa y curativa, con una gran variedad de recetas y colores que la hacen muy atractiva. Se enfatiza el uso de ingredientes naturales y de temporada, así como la atención y el respeto hacia ellos. La cocina japonesa vegetariana se presenta como una forma de terapia mental y física, que enseña a trabajar con ingredientes y a mirar hacia el interior de la mente y el cuerpo.

Foto: Doble página con dos de las recetas del libro Japón Gastronomía Vegetariana

Se invita al lector a encontrar su propio enfoque y camino en la cocina. Los principios fundamentales de la cocina japonesa vegetariana incluyen tomar tiempo, trabajar con precisión, disfrutar de los ingredientes y contemplar el corazón a través de la cocina. Singleton también considera que los platos de la cocina japonesa tienen un carisma y una accesibilidad que se conectan con la naturaleza y las estaciones. Después de una comida, uno debería sentirse satisfecho y espiritualmente realizado.

Foto: Manzana con vinagre de cacahuete

El Budismo, origen de la gastronomía vegetariana japonesa

Nancy Singleton explica en el libro Japón Gastronomía Vegetariana que durante la Edad Media, la cultura china influyó en la cocina japonesa a través de los monjes budistas, introduciendo ingredientes como el tofu, la yuba y el fu, que se convirtieron en parte importante de la cocina budista. El consumo de té y la comida al mediodía también se originaron en los templos zen.

Restricción de la carne durante muchos siglos

Aunque el consumo de carne ha sido controvertido en Japón debido a las enseñanzas budistas, hubo restricciones que desparecieron durante el periodo Meiji que empezó en 1868. El shojin ryori, una cocina vegetariana budista, se desarrolló en los monasterios japoneses y que se popularizó a lo largo de siglos. Fue en la Segunda Guerra Mundial, cuando la influencia de alimentos extranjeros y la comida rápida llevaron a una casi desaparición del shojin ryori

Curiosidades como: “Cinco plantas del género Allium estaban prohibidas en la cocina budista porque se creía que estimulaban las fantasías sexuales: el ajo, el ajo rojo, el nira (cebollino chino), el negi (puerro japonés) y el rakkyo (un tipo de cebolla que se reproduce con facilidad)”. Aparecen en el libro de Japón Gastronomía Vegetariana.

El tofu, de origen chino, llega a Japón en el año 701

En la gastronomía vegetariana japonesa la soja tiene un papel muy importante. La fermentación de la soja, originada en China durante la dinastía Han (200 aC- 200 dC), llegó a Japón en el año 701. El consumo de carne ha sido objeto de prohibiciones y restricciones a lo largo de la historia, el sintoísmo también influyó en la prohibición del consumo de carne de manera indirecta. La conexión con la naturaleza y el respeto por la estacionalidad de los alimentos han sido elementos importantes en la gastronomía japonesa, aunque en la vida urbana actual resulte difícil mantener esta tradición.

Preocupación por la falta de estacionalidad en la cocina japonesa actual

La monja budista Harumi Kawaguchi expresó su preocupación por la falta de estacionalidad en la cocina japonesa contemporánea y abogó por preservarla. Su enfoque en la cocina vegetariana japonesa inspiró al autora de este libro a explorar y promover esta tradición. La dieta japonesa tradicional se basa en productos locales y de temporada, y la cocina budista sigue estos preceptos inspirados en los ciclos de la naturaleza. La esperanza es que a través de esta forma de alimentarse, la auténtica cocina japonesa pueda renacer

Foto: Okonmiyaki Shojin

La cocina japonesa un lenguaje desconocido para muchos occidentales

La gastronomía vegetariana japonesa es mucho más que un proceso de alimentación. Es una oportunidad para mostrar gratitud a la tierra y a las manos que han cultivado los alimentos. En su ritual, se deben seguir varios preceptos como es el sujetar el bol con ambas manos, dejar los palillos delante mientras mastica, evitar hacer ruido al comer y beber agua o té después de la comida. En ambientes formales, los palillos se colocan en un soporte, pero en casa se pueden colocar directamente sobre la mesa. Se deben evitar acciones como dejar los palillos cruzados, utilizarlos para mover los platos o clavarlos en el bol de arroz. Entre bocado y bocado, se deben colocar los palillos sobre la mesa o la bandeja con la mano no dominante.

Foto: Tomates cocidos con dashi

Sobre la autora Nancy Singleton Hachisu

Nancy Singleton Hachisu es una californiana nativa casada con un agricultor japonés, vive en el campo de la prefectura de Saitama desde 1988. Es autora de cuatro libros, incluido Japón: Gastronomçia (Phaidon, 2018), y ha escrito para The Art of Eating, Lucky Peach, Saveur, Food & Wine, Travel & Leisure, National Geographic Food y BBC Travel. Hachisu también participó en el episodio ‘Salt’ de la serie de Netflix Salt Fat Acid Heat.

Foto: Doble página con dos de las recetas del libro Japón Gastronomía Vegetariana

La relevancia de este libro

El libro Japón Gastronomía Vegetariana de la editorial Phaidon ofrece una amplia colección de más de 250 recetas vegetarianas japonesas deliciosas y saludables. Divididas por estilo de cocina, las recetas incluyen platos básicos, aliñados, en vinagre, fritos, a fuego lento, al vapor, salteados, a la parrilla, en conserva y encurtidos dulces. La autora, Nancy Singleton Hachisu, presenta ingredientes puros y de temporada como base para una comida limpia y reparadora. El libro también explora la cultura y tradición asociada a la cocina vegetariana japonesa, con ensayos informativos y un glosario detallado. El diseño del libro refleja la elegante simplicidad de la cocina japonesa, con imágenes impresionantes que muestran los hermosos colores y variedad de platos. Además, cada receta cuenta con iconos que indican si es vegana, sin gluten, sin nueces, sin lácteos, con menos de 5 ingredientes o de preparación rápida.

Sin duda, una referencia obligada para chefs y cocineros, pero sobre todo; para el público de en general.

Esta a la venta en Amazon:

https://www.amazon.es/ESP-Jap%25C3%25B3n-Gastronom%25C3%25ADa-vegetariana-vegetarian/dp/1838666680?&_encoding=UTF8&tag=19940d2-21&linkCode=ur2&linkId=aeefd1689d344d7b1bbdba0e76a5f89c&camp=3638&creative=24630

Agradecemos tu interés en leer este post y te invitamos a dejar un comentario!

Advertisement
Hacer un comentario

Escribe tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

75 + = 80

Cultura gastronómica

Día Nacional del Maíz

Publicado

en

Estrecho vínculo de los nacidos en México, con la milpa… el elote… la mazorca…

El maíz se domesticó, se ha dispersado y es parte de la riqueza de nuestro país desde hace más de 10 mil años.

Una espigada planta tiene raíces en la cosmogonía de nuestros pueblos precolombinos que se llamaban a sí mismos: hijos del maíz. Ellos y ellas domesticaron al silvestre teocintle que les dio identidad, alimento y cura, y que marcaba sus calendarios de siembra, de cosecha, de arquitectura, de celebraciones. 

Legado ancestral 

Nos legaron así una cultura cuyo eje es el maíz, grano que cuenta con 64 razas, más de 300 variedades y una amplia gama de colores y tamaños.

El cereal mexicano es y ha sido celebrado por pueblos y comunidades del país. En el siglo XV, donde hoy es el estado de Oaxaca, se ofrendaban danzas y música a Centéotl, la diosa del maíz, en la Guelaguetza; mientras los mexicas rendían tributo a Centeoticíhuatl, patrona mexica de la vegetación, especialmente del maíz, y de la fertilidad.

Día de fiesta al maíz 

En nuestros días, cada 28 de septiembre se festeja el axoxtia, o enfloramiento de las milpas, por los primeros elotes que se dan gracias a nuestra Madre tierra y a Totahtzin, el Padre respetado; es la fiesta de la Virgen del Maíz en la parroquia del Teopantlán, Puebla, y la mayoría de los 644 pueblos mexicanos que llevan el nombre de San Miguel Arcángel, honran el 29 de septiembre a este santo al que atribuyen luchar contra el mal y proteger la milpa.

Sin maíz no hay país

Ese sincretismo o fusión de las creencias religiosas prehispánicas y coloniales dieron origen al Día Nacional del Maíz, el 29 de septiembre. 

En 2009 la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo, A.C. (ANEC), promovió esta efeméride e impulsó el movimiento social Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País, con la intención de unir a toda la población mexicana “del campo y de las ciudades, para celebrar la diversidad de los maíces nativos, la agrobiodiversidad y la diversidad biocultural en nuestro país”.

La iniciativa ciudadana inspirada en los festejos que muchas familias campesinas mexicanas realizan en sus milpas para cosechar los primeros elotes cada 29 de septiembre en honor a San Miguel Arcángel, la impulsaron más de 300 comunidades campesinas e indígenas, productores y productoras de maíz de pequeña y mediana escala, organizaciones académicas, ambientalistas, de consumo, cooperativas y defensoras de derechos humanos.

Relevante seguir trabajando para preservar al maíz nativo 

La ANEC argumentó también: “Celebramos al maíz y la milpa, pero también reconocemos que es urgente continuar trabajando para revalorar y defender la producción de semillas y alimentos por parte de las comunidades campesinas e indígenas y para lograr mejores condiciones de vida para todas y todos”.

Consideraron que “es necesario frenar a los monopolios de empresas transnacionales que promueven el uso de agroquímicos tóxicos, como el glifosato y la siembra de semillas transgénicas, afectando nuestra gran agrobiodiversidad y a nuestras variedades de maíz nativo, contaminando el agua, la tierra, matando insectos polinizadores y enfermando a quienes producen esos alimentos dañinos para su salud y de quienes los consumen”.

Han alertado sobre los bienes comunes como el agua, los bosques, las selvas, el suelo, las semillas nativas —entre ellas la del maíz—, que están en riesgo de ser privatizados, contaminados y agotados, por lo que “es necesario garantizar nuestros derechos humanos a la alimentación sana y suficiente, a la salud, a la biodiversidad y a un ambiente sano”.

Celebremos al maíz de MéxIco

Por todo ello, cada 29 de septiembre pueblos y comunidades celebran a los maíces: “El maíz cacahuacintle, el maíz palomero, el maíz colorado, el maíz olotón, el maíz pepitilla, las más de 60 razas de maíces nativos que existen en nuestro país y las miles de variedades que forman parte de nuestras culturas, de nuestras raíces, de nuestras cocinas, de nuestra cosmogonía, de nuestra diversidad biocultural y tradiciones”.

Agradecemos tu interés en leer este post y te invitamos a dejar un comentario!

Sigue leyendo...

Cultura gastronómica

Recetarios de la cocina popular

Publicado

en

Uno de los lazos poderosos de identidad cultural

El concepto de lo popular, que se deriva de “pueblo”, y la cocina denominada como popular, es aquella que es consumida por el genérico de una población en específico y este tipo de comida, atraviesa todo el espectro simbólico y emotivo de las culturas vivas. Es la comida del terruño la que hace, por ejemplo, que los migrantes mantengan, a través de la nostalgia del paladar, una relación afectiva y real con sus lugares de origen: cuando la cadena de la familia nuclear o inmediata, al pasar de los años, se debilita o se pierde por la distancia, el tiempo o la muerte de las abuelas y las madres, la identidad de los sabores se mantiene a través de los corpúsculos gustativos, y el paladar, la garganta y la lengua demandan el maíz sagrado, el chile turbulento, los tamales llenadores, el frijol negro con epazote, las bebidas de amores dulces, los licores fuertes, los dulces que saben a fiesta y los panes que nos llaman como miradas seductoras.

Y luego el aire, que contiene los olores, nos llega a la memoria y queremos atrapar en la distancia, a través del olfato y el gusto, esas comidas y bebidas que permiten la coherencia de la vida bien comida y bebida, a través del estímulo de las sustancias volátiles.

La identidad cultural se expresa, evidentemente, en las múltiples formas en que se alimentan los pueblos del mundo. Con las comidas se mezclan las razones y los sentimientos religiosos, míticos, la pertinencia del tiempo lineal o circular, la preservación de conocimientos tradicionales y, así, algunos pueblos no se alimentan de todo lo que es comestible: ejercen su propia sabiduría de atracción y repulsión.

Los recetarios populares son parte del patrimonio cultural de los pueblos. Pero para entender y atender la recuperación, la preservación y el desarrollo de este segmento valiosísimo del patrimonio cultural, necesitamos distinguir sus dos vertientes: tangible e intangible. El patrimonio cultural tangible abarca lo objetual e inmueble; incluye la carpeta secreta de la abuela, así como sus utensilios y el cuarto de cocina, sea de barro o de talavera. El patrimonio cultural intangible se refiere a los derechos culturales de comer, lo que nos significa un espacio en el mundo; los valores y las identidades; los idiomas; las ideas y emociones que hacen posible, en su conjunto para las cocinas, la creatividad, la organización social, los sistemas simbólicos y, en general, el conocimiento, la vinculación y la cohesión racional y emotiva de nuestra riqueza cultural.

El patrimonio cultural intangible, a través de la identidad, da sentido, coherencia y cohesión a lo objetual. Pero sólo cuando nos adentramos en las entrañas alquímicas de un recetario, entendemos mejor el mundo en sus microrregiones. y es que lo que se conoce, se valora y se aprecia, no se discrimina. Las cocinas se adhieren al espacio de las pequeñas regiones, porque en la diversidad nos enriquecemos y la uniformidad nos empobrece. Una característica de la cultura es su naturaleza dinámica, que se recrea entre la tradición y la modernidad. La cultura no es estática ni invariable, requiere del intercambio para mantenerse viva; así, cada cultura se fortalece, adquiere vigencia, se actualiza en una incesante búsqueda de nuevas formas de crear e innovar.

A veces los recetarios populares no han sido escritos, son memoria oral trasmitida de generación en generación, nos reafirmaba una vez más esa idea que es cada día más evidente: México es un país de múltiples culturas que no se conocen entre sí. Todos los cambios ecológicos han modificado radicalmente, quizá para siempre, muchos aspectos fundamentales de la vida humana, pero es finalmente la cultura (el patrimonio intangible) lo que le define qué es comestible, cómo se tiene que preparar un alimento y cómo y con quién se debe comer. La comida forma parte de uno de los procesos culturales vitales de México, porque en ella se refleja un marco no sólo multicultural, sino también multicivilizatorio, en el que se cruzan la cultura indígena, española, árabe, negra y oriental.

Así, los recetarios deben entenderse, más que como un sistema de relatos del gusto, como un sistema de comportamiento que los seres humanos recrean en comunidad para percibir el mundo y trasmitir los códigos y los secretos del hacer de la comida; el acto cultural de cocinar implica un conjunto de disposiciones corporales y psicológicas. Entonces, encarar el problema de lo popular como fuente de las cocinas regionales exige mucho más que distinguir un simple catálogo de fórmulas de combinación de alimentos.

Fragmento auspiciado por: La comida y los recetarios como parte de un proceso cultural
Adrián Marcelli

Agradecemos tu interés en leer este post y te invitamos a dejar un comentario!

Sigue leyendo...

Cultura gastronómica

Chile y su comida

Por: Pamela Villagra

Publicado

en

Foto: Stock / Empanadas de pino

Una reflexión sobre identidad gastronomía del país latinoamericano

Un amplio número de chilenos no conocen ni han probado el chañar, el maqui, el tomate rosado del Maule, el chacolí o los porotos pallares morados. A la hora de escoger restaurantes no son los de comida chilena la primera ni tercera opción y siempre se decantan por algo que evoque a extranjero.

Un amplio número de chilenos duda de su identidad, tanto así que el tema resuena constante en tertulias gastronómicas, congresos, academias.

Resistencia de la gastronomía chilena

La ignorancia es osada. Pero por mucha que sea la ceguera, lo cierto es que la mesa chilena siempre ha estado cargada de identidad. La cazuela o el curanto, por poner solo dos ejemplos, han hablado siempre de historia, geografía, estacionalidad y mestizaje.

Foto: Platillo Cazuela o curanto

Las cocinas de Chile, esas que resisten el paso del tiempo y luchan contra el olvido, proyectan la biodiversidad de un territorio a través de productos y productores, técnicas de cocina, artesanías y modos de consumo, que no son otra cosa que un hermoso y complejo imaginario nacional.

En el día de la cocina chilena resulta vital explicar la trascendencia de la gastronomía para nuestra sociedad, más aún en un momento tan delicado para el sector.

Soluciones para recuperar el sector

Debemos fortalecer los circuitos por donde transita la cocina chilena. En primer lugar el campo, el sector primario que es el origen de todo. Luego, comedores populares, mercados, restaurantes, cocineros, sobre todo a los jóvenes, responsables en buena medida de la revitalización y puesta en valor de nuestra culinaria.

Erosionar el circuito gastronómico es una amenaza contra el punto de partida de la narrativa cultural del territorio.

Sepa usted que la gastronomía, además de alimentar, es una manifestación emotiva, histórica y cultural desde la cual podemos reconectar con esa autoestima nacional dormida en los corazones de tantos chilenos que se desconectaron con su entorno, que perdieron el orgullo.

Foto: Postre chileno / Calzones Rotos

Es sabido que la autoestima se construye en edades tempranas y de ella depende en buena parte los procesos de desarrollo de las naciones. Educar en positivo y con orgullo es un deber que han de protagonizar los cocineros, los productores, los medios de comunicación.

El orgullo ciudadano

Es importante que la sociedad recupere su autoestima, valore y se sienta orgullosa de su cocina, defienda la idea de Chile como país sabroso, porque no hay mayor manifestación cultural y democrática que un plato de comida.

Sirva este día para que los chilenos crean en su patrimonio alimentario y en la diversidad de sus cocinas expresada en platos, recetas, mercados, despensa.

Que sea la prueba que permita a los medios de comunicación nacionales quitarse los complejos, y se decidan por fin a contar todas las manifestaciones gastronómicas que ocurren en Chile, que no son otra cosa que una extensión de la memoria del país.

Texto original auspiciado por: Pamela Villagra

Agradecemos tu interés en leer este post y te invitamos a dejar un comentario!

Sigue leyendo...
Advertisement

Suscríbete a boletín GM

Facebook

Síguenos en instagram

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida por GastroMakers (@gastromakers)

Lo más visto

Derechos Reservados GastroMakers® 2023