Sólo excéntricos comensales pagarían altas sumas de dinero para probar su sabor
El queso más extravagante, las papas mejor cultivadas, un omelette con caviar y langosta y mucho más. Puro lujo, en tu mesa.
Caviar Almas.
Hay distintos tipos de caviar, pero este es el más caro de todos los que existen en la tierra. Es el caviar Almas que, en ruso, significa “diamante”. Proviene del pez esturión Beluga albino del Mar Caspio, y sus huevas se distinguen por tener un color sorprendentemente claro. Hasta su packaging es asombroso: se vende en latas de oro de 24 kilates. Se consigue en Londres, Inglaterra, y su precio ronda entre los 16 mil y los 25 mil dólares americanos por kilo.
Hongosk ID Matsutake.
De origen japonés, es un hongo que crece al pie de los pinos y se alimenta de materiales del piso forestal y de las hojas que caen. Son difíciles de cosechar y se producen menos de mil toneladas al año en todo el mundo. Entre más fuerte es su aroma, mejor calidad y más alto es su precio. Menos de medio kilo cuesta 2 mil dólares. Son muy apreciados, ya que siempre fueron asociados a la longevidad.
Sandía Densuke Black
Es una fruta que crece en la isla japonesa Hokkaido y se producen apenas 10 mil unidades al año. Como su nombre lo dice, es una sandía negra porque su cáscara es de dicho color, sin rayas y muy gruesa; por dentro es de color rosa y tiene mucho jugo. Regalar una de estas frutas es muestra de respeto y, claro, de alto poder adquisitivo, ya que una sola cuesta alrededor de 250 dólares.
Un omelette de mil dólares
¿Pensabas que un omelette se hacía solamente con un par de huevos y un poco de queso? En el restaurante Parker Meridien de Nueva York son pocos los que se atreven a pedir lo mejor del menú: un delicioso omelette que tiene como ingredientes seis huevos, caviar Sevruga y una langosta entera. Aún más increíble es su precio, ya que cuesta ni más ni menos que mil dólares. Claro que el lugar donde lo realizan es súper exclusivo.
Nuez Macadamia.
Es la más cara del mundo y proviene del árbol de macadamia, que produce el fruto después de casi 10 años, en condiciones climáticas muy particulares. Necesita que llueva constantemente y que el suelo sea súper fértil. El costo de un kilo de este producto supera fácilmente los 3 mil dólares.
Carne de Wagyu.
Proviene de una raza bovina originaria de Kobe, Japón, cuyos animales tienen una alta tendencia genética al marmoleo, que es la cantidad de grasa entreverada que suele tener la carne. Cuanto mayor sea su nivel, la carne será de mayor calidad, con mejor sabor y más jugosa. El Wagyu es sometido a una dieta que incluye cerveza y sake lo que, dicen, le da un mejor sabor a la carne. Existen cuatro variedades: japonesa negra, marrón, moteada y cuernos-cortos. Su costo es de 500 dólares cada 200 gramos.
Atún de aleta azul
El pez atún de Aleta Azul o Kuromaguro es una especie en extinción. Y es por eso que se puede llegar a pagar más de 2.600 dólares por kilo. Tiene una increíble carne de textura suave y un sabor tan intenso, que los fanáticos de este pescado prefieren degustarlo crudo.
Queso de leche de alce
Es un producto exclusivo de Moose House, una granja en Suecia que se especializa en su cría. Estos animales son ordeñados únicamente entre mayo y septiembre, y el proceso es de hasta dos horas por cada hembra. El costo por cada queso es de 1.100 dólares por menos de medio kilo.
Papas La Bonnotte
Son los tubérculos más caros del mundo, porque su cosecha se hace a mano, ya que crece unida a la madre y puede ser demasiado frágil para trabajarse con una máquina. Además, se fertilizan con algas marinas, que le agregan el sabor salado. Se siembran en febrero, se cosechan en mayo y la producción se agota en tan sólo una semana. Se producen 100 toneladas de ellas al año y sólo crecen en una isla al este de Francia, llamada Noirmoutier. El costo por menos de medio kilo es de mil 543 dólares.
Trufas blancas.
Exclusivas por su aroma y sabor únicos, son muy apreciados en la cocina europea. Crecen bajo tierra salvaje, en la base de un árbol de roble y algunos agricultores utilizan perros de caza para detectarlas. Se le atribuyen propiedades afrodisíacas. Cuestan hasta 4 mil dólares menos del medio kilo.
Si pudieras, ¿pagarías por comer alguno de estos alimentos? ¿Qué opinas ?
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El Choripán en un ícono argentino con características y condiciones sobresalientes. Este manjar portable, rico, nutritivo, que puede comerse al paso y que caracteriza a la gastronomía Argentina a nivel mundial.
Características del Choripan
El choripán es un típico sándwich argentino que suele aparecer como preámbulo de los asados. Se prepara generalmente con pan francés y un chorizo asado a la parrilla en el medio. Al chorizo se le pueden sumar tomates y lechugas y aderezos como salsa de tomate con ají u otros sabores.
La historia
El origen del choripán local se remonta al siglo XIX, cuando los gauchos de las zonas rurales preparaban asados y empezaron con el hábito de comer el chorizo entre dos panes. Luego, esta tradición llegó a las zonas urbanas, transformándose hoy en un plato típico de la Argentina.
Foto: Pintura Ramón Bayeu y Subías
Sus orígenes pueden rastrearse hasta mucho más atrás en la historia. Podemos encontrar hoy en el Museo del Prado una imagen pintada en 1876 por Ramón Bayeu y Subías, curiosamente cuñado de Mozart, en la cual podemos ver a un joven vendedor mostrado las ristras de chorizos que tiene a la venta y según cuenta la historia, en ocasión de encontrarse el Rey Carlos IV de cacería, se cruzó con este joven quien le ofreció un bocado de su mercadería, y para gran placer del rey, sació el apetito que tan activo deporte le había despertado y que quizá acompañado de algún trozo de pan se convirtiera en uno de los primeros choripanes de la historia.
Aunque es un mito difícil de creer, se trata de construir una historia que de fe de la existencia histórica de este alimento. Por ello, démosla por valida y a reserva de más investigación al respecto.
Un alimento popular
Foto. Puesto callejero de choripanes
Actualmente es considerado uno de los diez platos favoritos de los argentinos. Se lo puede consumir en puestos callejeros, particularmente en unos carritos ambulantes ubicados en las puertas de las fiestas populares de cualquier región nacional. Se calcula que en la Argentina se consumen unos 600 millones de choripanes por año, a un promedio de 15 por persona.
El choripán es una delicia y aportación del pueblo argentino, que merece la pena comerlo por lo menos una ves en la vida!
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En Jáltipan Veracruz se come un dulce llamado ‘Chogosta’
La chogosta es un dulce típico de Jáltipan, al sur del estado de Veracruz, México, a base de un tipo de barro o tierra comestible que se encuentra de forma natural en esta área. Antiguamente, este dulce tenía una función principalmente medicinal y religiosa.
Foto: Chogosta
No hay dato exacto desde qué año o quiénes empezaron a comer la tierra en Jáltipan, pero se la comen. Sin embargo, no es cualquier tierra, es una arcilla especial que se localiza a metro y medio del suelo y tiene un característico un color entre rosado y morado.
Preparación del dulce
Foto: Preparación Chogosta
Su forma de preparar el dulce es peculiar: una vez que es extraída, se pone en alguna madera y se desmorona, de ahí se vierte agua para poder moldearla. Se hace bolitas y se pone en las cocinas prehispánicas para estar frente al humo por lo menos cinco días antes de que se pueda degustar.
Foto: Chogosta producto empacado
Algunos dicen que “sabe a tierra”, por lo que no es del agrado de todo el mundo e incluso las nuevas generaciones no lo quieren siquiera probar. “La preocupación es que nos muramos y no haya nadie que pueda realizarla, de hecho son mis últimas veces que preparo la chosgosta”, lamentó don Pedro Martínez.
Foto: Sr. Pedro Martínez
La Dirección de Cultura del municipio afirmó que en las próximas ferias que se realizarán en la ciudad, se pretenden hacer talleres para que los jóvenes aprendan a preparar la chogosta, pues en todo México es el único sitio en donde la tierra se come como golosina.
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Con huevo, harina, mantequilla, azúcar y una pizca de ralladura de naranja se elabora estos días del mes de noviembre en México el pan de muerto, una representación de los difuntos queridos en las ofrendas multicolores y de tradición tan arraigada en México. Es por decir menos, un manjar que no falta en ninguna mesa.
¿De dónde nace esta tradición?
La idea de pan de muerto es de origen prehispánico. Antes se hacían dulces de amaranto con miel. Y con la llegada de los españoles a México y la utilización de harinas de trigos, se elabora el pan de muerto como tal.
En México, en estas festividades se honra a los difuntos en una tradición ancestral y enormemente popular en la que no faltan los altares de muertos para recordar los seres queridos con flores, agua, licores como el tequila o el mezcal, frutas o este pan autóctono.
De forma habitualmente redonda, el pan se elabora a partir de una masa que se deja fermentar durante más de 24 horas a base de huevo, harina, mantequilla, azúcar y el toque único que le da la ralladura de naranja.
En la parte de arriba del manjar, recubierto de azúcar, se realiza con la misma masa una tira a modo de adorno. Esta parte tan representativa del pan se conoce como el huesillo o la canilla.
Foto: Pana de muerto y calavera de azúcar / México desconocido
Es la parte que va en las orillas y la bolita de encima, y simulan el cráneo del muerto, de la calavera del esqueleto óseo humano. Si bien el pan clásico es el que lleva naranja y azúcar, hay otros tipos según la región del país.
Variantes de presentación de algunos estados de la república mexicana
En algunos lugares como en el sureño estado de Oaxaca se añade a la masa más huevo y se obtiene el pan de yema, que es algo más seco. Mientras que en otros sitios se sustituye el azúcar por la miel de piloncillo (melaza) y las semillas de anís, obteniendo un sabor “más rústico”.
A buen ritmo, los panaderos elaboran la masa, hacen la forma característica de este tipo de pan dulce y lo hornean. Es una coreografía que apenas los deja respirar, pues deben llenar las expectativas de la clientela, en cantidad y en calidad.
Foto: Panadero mexicano trabajando pan de muerto
Además del clásico y otro tradicional recubierto de ajonjolí, tienen unos sabores “más gourmet”, con relleno de nata, de dulce de leche y de crema de avellana y chocolate.
Es una labor relativamente sencilla para los panaderos experimentados mexicanos que lo trabajan con mucha pasión, y se cuida con mucho esmero el proceso.