Veamos de dónde viene su nombre y cómo es que los sándwiches llegaron a formar parte de la dieta de la vida moderna.
Cuentan que en 1762, John Montagu, el cuarto conde de Sandwich, de origen británico, se encontraba jugando a los naipes y no quería detenerse ni para tomar la cena. Entonces, pidió que le trajeran algo de comer que no lo obligara a terminar el juego.
Los sirvientes le pusieron un trozo de carne entre dos panes tostados, por lo cual pudo comer con una mano y con la otra continuar su actividad.
A partir de entonces muchos caballeros empezaron a pedir la combinación, que fue nombrada como sándwich en honor al conde de marras. Tal bocadillo se hizo popular en los casinos y clubes del país.
Sin embargo, Montagu no fue el verdadero inventor de los sándwiches, sino quien dio origen a su nombre; este tipo de combinación existía desde hacía mucho tiempo en la historia humana.
¿Cuál es la historia del sándwich?
En realidad, las culturas antiguas ya utilizaban el pan como envoltorio para distintos tipos de alimentos como carne, guisos y salsas. Como es el caso de los griegos y los turcos, quienes durante siglos rellenaron el llamado pan pita y otras variantes de panes planos con carnes y verduras.
En el norte de Europa, las culturas escandinavas solían preparar un tipo de sándwich –llamado smorrebrod por los daneses y smorga o macka por los suecos– que se hace a base de pan de centeno cubierto con mantequilla y relleno con carne, queso y pescado.
Ahora bien, se cree que el sándwich más antiguo del mundo pudo haber sido inventado por el rabino Hillel el Anciano en el siglo I AC, quien puso cordero, nueces, hierbas amargas y vino entre dos piezas de pan sin levadura, creando un importante alimento para el Seder de Pascua.
Casi todos por lo menos de la sociedad occidental, alguna ves en nuestra vida hemos comido un sándwich y ¿tú lo haz comido?. Comparte si te parecio interesante esta nota.
El Choripán en un ícono argentino con características y condiciones sobresalientes. Este manjar portable, rico, nutritivo, que puede comerse al paso y que caracteriza a la gastronomía Argentina a nivel mundial.
Características del Choripan
El choripán es un típico sándwich argentino que suele aparecer como preámbulo de los asados. Se prepara generalmente con pan francés y un chorizo asado a la parrilla en el medio. Al chorizo se le pueden sumar tomates y lechugas y aderezos como salsa de tomate con ají u otros sabores.
La historia
El origen del choripán local se remonta al siglo XIX, cuando los gauchos de las zonas rurales preparaban asados y empezaron con el hábito de comer el chorizo entre dos panes. Luego, esta tradición llegó a las zonas urbanas, transformándose hoy en un plato típico de la Argentina.
Foto: Pintura Ramón Bayeu y Subías
Sus orígenes pueden rastrearse hasta mucho más atrás en la historia. Podemos encontrar hoy en el Museo del Prado una imagen pintada en 1876 por Ramón Bayeu y Subías, curiosamente cuñado de Mozart, en la cual podemos ver a un joven vendedor mostrado las ristras de chorizos que tiene a la venta y según cuenta la historia, en ocasión de encontrarse el Rey Carlos IV de cacería, se cruzó con este joven quien le ofreció un bocado de su mercadería, y para gran placer del rey, sació el apetito que tan activo deporte le había despertado y que quizá acompañado de algún trozo de pan se convirtiera en uno de los primeros choripanes de la historia.
Aunque es un mito difícil de creer, se trata de construir una historia que de fe de la existencia histórica de este alimento. Por ello, démosla por valida y a reserva de más investigación al respecto.
Un alimento popular
Foto. Puesto callejero de choripanes
Actualmente es considerado uno de los diez platos favoritos de los argentinos. Se lo puede consumir en puestos callejeros, particularmente en unos carritos ambulantes ubicados en las puertas de las fiestas populares de cualquier región nacional. Se calcula que en la Argentina se consumen unos 600 millones de choripanes por año, a un promedio de 15 por persona.
El choripán es una delicia y aportación del pueblo argentino, que merece la pena comerlo por lo menos una ves en la vida!
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En Jáltipan Veracruz se come un dulce llamado ‘Chogosta’
La chogosta es un dulce típico de Jáltipan, al sur del estado de Veracruz, México, a base de un tipo de barro o tierra comestible que se encuentra de forma natural en esta área. Antiguamente, este dulce tenía una función principalmente medicinal y religiosa.
Foto: Chogosta
No hay dato exacto desde qué año o quiénes empezaron a comer la tierra en Jáltipan, pero se la comen. Sin embargo, no es cualquier tierra, es una arcilla especial que se localiza a metro y medio del suelo y tiene un característico un color entre rosado y morado.
Preparación del dulce
Foto: Preparación Chogosta
Su forma de preparar el dulce es peculiar: una vez que es extraída, se pone en alguna madera y se desmorona, de ahí se vierte agua para poder moldearla. Se hace bolitas y se pone en las cocinas prehispánicas para estar frente al humo por lo menos cinco días antes de que se pueda degustar.
Foto: Chogosta producto empacado
Algunos dicen que “sabe a tierra”, por lo que no es del agrado de todo el mundo e incluso las nuevas generaciones no lo quieren siquiera probar. “La preocupación es que nos muramos y no haya nadie que pueda realizarla, de hecho son mis últimas veces que preparo la chosgosta”, lamentó don Pedro Martínez.
Foto: Sr. Pedro Martínez
La Dirección de Cultura del municipio afirmó que en las próximas ferias que se realizarán en la ciudad, se pretenden hacer talleres para que los jóvenes aprendan a preparar la chogosta, pues en todo México es el único sitio en donde la tierra se come como golosina.
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Con huevo, harina, mantequilla, azúcar y una pizca de ralladura de naranja se elabora estos días del mes de noviembre en México el pan de muerto, una representación de los difuntos queridos en las ofrendas multicolores y de tradición tan arraigada en México. Es por decir menos, un manjar que no falta en ninguna mesa.
¿De dónde nace esta tradición?
La idea de pan de muerto es de origen prehispánico. Antes se hacían dulces de amaranto con miel. Y con la llegada de los españoles a México y la utilización de harinas de trigos, se elabora el pan de muerto como tal.
En México, en estas festividades se honra a los difuntos en una tradición ancestral y enormemente popular en la que no faltan los altares de muertos para recordar los seres queridos con flores, agua, licores como el tequila o el mezcal, frutas o este pan autóctono.
De forma habitualmente redonda, el pan se elabora a partir de una masa que se deja fermentar durante más de 24 horas a base de huevo, harina, mantequilla, azúcar y el toque único que le da la ralladura de naranja.
En la parte de arriba del manjar, recubierto de azúcar, se realiza con la misma masa una tira a modo de adorno. Esta parte tan representativa del pan se conoce como el huesillo o la canilla.
Foto: Pana de muerto y calavera de azúcar / México desconocido
Es la parte que va en las orillas y la bolita de encima, y simulan el cráneo del muerto, de la calavera del esqueleto óseo humano. Si bien el pan clásico es el que lleva naranja y azúcar, hay otros tipos según la región del país.
Variantes de presentación de algunos estados de la república mexicana
En algunos lugares como en el sureño estado de Oaxaca se añade a la masa más huevo y se obtiene el pan de yema, que es algo más seco. Mientras que en otros sitios se sustituye el azúcar por la miel de piloncillo (melaza) y las semillas de anís, obteniendo un sabor “más rústico”.
A buen ritmo, los panaderos elaboran la masa, hacen la forma característica de este tipo de pan dulce y lo hornean. Es una coreografía que apenas los deja respirar, pues deben llenar las expectativas de la clientela, en cantidad y en calidad.
Foto: Panadero mexicano trabajando pan de muerto
Además del clásico y otro tradicional recubierto de ajonjolí, tienen unos sabores “más gourmet”, con relleno de nata, de dulce de leche y de crema de avellana y chocolate.
Es una labor relativamente sencilla para los panaderos experimentados mexicanos que lo trabajan con mucha pasión, y se cuida con mucho esmero el proceso.